BIENVENIDOS!

Venecia es una ciudad muy cercana a la ensoñación. Recorrerla de noche es entrar en un mundo de tenues luces y misterio. El caminante ensaya una constante sorpresa al recorrer sus laberintos. Diseñando, descubriendo recorridos en una infinita combinación de pasos. Vale la pena jugar a perderse. Porque perderse es encontrarse. Podría decirse que su juego se acerca al juego de la vida. Hoy, sábado 8 de Noviembre de 2.008 comienzo a generar trazos, huellas en este blog. Pronto podré subir poesías (propias, ajenas y apropiadas), imágenes, cuentos, humor, información sobre teatro. Y buenas sorpresas. LOS INVITO A PERDERSE EN ESTE BLOG.

Premios 20Blogs


LA HABITACIÓN




Tal vez podamos comprender la sabiduría que los niños transmiten. El niño de la película en cuestión lucha contra la muerte, contra el encierro. No pierde el juego. Y ensaya rituales de inicio y despedida. La capacidad de lo simbólico nos rescata tantas veces de las penurias. Y da la posibilidad de expresar nuestras emociones, cuales fueran, de algún modo. El juego abre ese canal, y continúa en el humor, la creación artística, los rituales que nos enlazan con otra posibilidad de darle un lugar al penar. Y extraer de él algo de una suave, profunda y auténtica alegría. Esa que no necesita ser sobreactuada. Qué cierto el decir de Winnicott "la apercepción creadora (el gesto espontáneo, contrario al acatamiento) es lo que hace que la vida valga "la pena" ser vivida"
En su mundo, Jack construye como puede, tanto en el encierro de la habitación, como al que lo confina el salir, su forma de jugar, y expresar, todo su odio, su impotencia, su vulnerabilidad. Escuchemos nuestro Jack, y suspendamos tantos mandatos de la escuela de adultos: "no llores", "no expreses lo que sientes", "ama como sea y a pesar de todo a tus padres", "se feliz", "ya eres grande", etc. Y tapar, tapar, negar y negar.
Dice Alice Miller, en "El cuerpo nunca miente": "En mi infancia tuve que aprender a reprimir mis reacciones espontáneas a las afrentas-reacciones como la rabia, la ira, el dolor y el miedo-por temor a un castigo. Más tarde, en mi etapa escolar, me sentía incluso orgullosa de mi capacidad de autocontrol y de mi contención. Creía que esta capacidad era una virtud, y esperaba verla también en mi primer hijo. Solo cuando pude liberarme de esa actitud me fue posible entender el sufrimiento de un niño al que se le prohíbe reaccionar de manera adecuada a las heridas y experimentar su forma de relacionarse con sus emociones en un entorno favorable, para que más adelante, en su vida, en vez de temer sus sentimientos encuentre en ellos una orientación"

1 Response to LA HABITACIÓN

  1. Unknown says:

    Coincido plenamente. El cierre a una etapa de dolor que hace el pequeño es una enseñanza al mundo adulto.Un adiós simbólico ,soltar , dejar ir.Una película que nos hace reflexionar.